Eres pura energía.
Las armas las carga el diablo y eres como una granada a punto de explotar.
Te mueves por instinto hacia los deseos más oscuros que rondan la noche.
Sacas a relucir tus entrañas de acero cuando alguien está próximo a tocarte.
Eres pura energía.
Bailas rock n' roll frente al espejo sin que nada cubra tu efímero cuerpo.
Te paseas por la calle como si todo y todos te importasen una mierda.
La luz entra por la ventana de tu habitación de doce a doce menos cuarto.
Eres pura energía.
Te encaramas sobre mi pecho como un gato buscando arañarme el corazón.
La ropa cae al suelo como hojas de un árbol donde llega otra nueva primavera.
Extiendes tu lengua de tu boca a la mía humedeciendo pliegues y labios.
Eres pura energía.
Tus uñas y dientes desgarran mi piel a expensas de la ira mezclada con lujuria.
Abres las piernas de forma suave como si me invitases a una fiesta privada.

Las manos vuelan ligeras a empujarte contra la cama y retenerte por el cuello.
Eres pura energía.
Mi cabeza da vueltas en espiral por el éxtasis que entra por el resquicio entre los dientes.

Vuelcas tus pupilas sobre las mías absorbiendo cada gota de humanidad.

Te levantas como un resorte con perlas de sudor y excesos de frenesí.

Eres pura energía.

Sales de la habitación y me dejas con la incertidumbre de si vas a volver en menos de cinco minutos.

El sonido de un reloj nos devuelve al momento en que sentimos una oquedad en el pecho.

Te enciendes un cigarro y no vuelves a abrir la boca hasta que atravieso la puerta principal.

Eres pura energía.